Resulta cuanto menos curioso que las dos grandes majors de la cinematografía superheróica hayan elegido la representación metafórica del 11-S como punto de partida para crear los emblemas de cada casa. Me refiero por supuesto a Los Vengadores, a La liga de la Justicia y a las adaptaciones de cada uno de los miembros que conforman y conformarán ambos universos. El uno y el otro se han acabado por configurar de la misma manera; como un ataque extraterrestre a la ciudad de Nueva York, Metrópolis en el caso de DC, con ecos del terrorismo de Al Qaeda de 2001, y que será solventado por aquellos mismos que de manera indirecta e involuntaria lo han provocado.
Cine, propaganda y cintas de video
jueves, 24 de marzo de 2016
martes, 14 de octubre de 2014
Entrevista a Carlos Vermut por "Magical Girl"
¿En qué momento nace
la idea de hacer “Magical Girl”?
Nació cuando
estrené mi primera película “Dyamond
Flash”, volví de Sitges con la necesidad de grabar otra película. Me plantee realizar
un filme incluso más pequeño que “Dyamond Flash”, con menos dinero; quería
rodar ya. Empezamos a escribir una historia con una estructura narrativa muy
sencilla; una cadena de chantajes, muy de cine negro, algo que pudiera
desembocar en algo emocionante. Poco a poco la historia fue creciendo y cuando
me invitaron a Francia conocí a Pedro, el productor, y cuando la presenté la
idea fue cuando la película empezó a crecer. Llegaron inversores, el guion fue
desarrollándose de otra manera y todo se hizo más grande.
¿Cuál es tu método a
la hora de dirigir a los actores de tus películas?
Es un método muy
abierto puesto que nunca explico a los actores el pasado de los personajes a
quienes interpretan. Es un proceso que deben completar ellos. A los actores
suelo explicarles que sus personajes son ellos mismos pero en realidades
alternativas; han nacido en otro sitio y vivido de otra manera, por lo que son
totalmente diferentes. Por ejemplo, qué pasaría si José Sacristán en vez de ser
actor hubiera sido profesor en un colegio. Es lo que yo busco, que no dejen de
ser ellos, que sean ellos pero con otras circunstancias.
domingo, 28 de septiembre de 2014
Diario de bitácora desde un festival salvaje
No hubo sorpresas en la gala del 62 Festival
de cine de San Sebastián. Desde el primer día se hablaba de la posibilidad de
que una película española ganase la Concha de Oro a la mejor película del
festival. “La isla mínima” fue la responsable hinchar los ánimos de los
críticos que asistimos a su pase; una actuación increíble de cada uno de sus
actores, en especial del premiado Javier Gutiérrez, un guion solvente, una
dirección fuera de lo común en nuestro cine y una fotografía a la altura de los
mejores noir norteamericanos. A pesar de todo, la película de Alberto Rodríguez
tuvo que conformarse con el premio Feroz otorgado por la crítica, y los premios
individuales a Javier Gutiérrez y Alex Catalán. El cine español estaba
predestinado a conquistar el festival donostiarra, pero finalmente fue Carlos
Vermut (Mejor Director) y su “Magical Girl” (Concha de Oro), quien se llevó el
gato al agua. Esta es la crónica personal sobre el Zinemaldia de un crítico que
llegó un día tarde y no pudo conocer a Denzel Whasington, pero que disfrutó
como nadie de una de las mejores ediciones del Festival de los últimos años.
domingo, 21 de septiembre de 2014
Entrevista a Alberto Rodríguez, director de "La isla mínima"
¿Por
qué elegisteis las marismas del Guadalquivir para ambientar "La isla
mínima"?
En realidad fue al revés, primero
elegimos el paraje y después la película. Fuimos a una exposición de fotografía
de un fotógrafo sevillano que se llama Atín Aya que había hecho un trabajo
fotográfico en las marismas durante diez años. Se centró en la gente de allí.
Me pareció fascinante cuando me dejé caer por allí, es un sitio muy extraño y
difícil de explicar espacial y temporalmente hablando. Es un hervidero de vida,
el sitio perfecto para cualquier tipo de vida salvo la humana, lo único que
sobra de allí es el hombre. Ese fue el primer impulso que tuvimos de la
película; las marismas estaban antes que los policías.
¿Qué
relación tiene la película con True Detective?
Mientras
editaba la película, Raúl (Arévalo) me mandó un Whatsapp con una foto de
Matthew McConaughey y Woody Harrelson y me puso: “Nos han copiao”. Y yo le
dije: “Esto qué es". Empecé a verla y vi un plano aéreo mientras un coche
se acercaba y empecé a pensar que se parecía a nuestra película. Después, en la
escena del crimen, uno de los policías sacaba una libreta y empezaba a dibujar
y dije, "ya está, no veo ni un minuto más", y lo quité. Nosotros
empezamos a rodar en octubre de 2013 y "True Detective" se estrenó en
enero de 2014, las similitudes son pura casualidad.
sábado, 20 de septiembre de 2014
La grandeza de lo mínimo
Bien podría haber sido “La isla mínima” la encargada de abrir el 62 Festival de cine de San Sebastián, sin embargo fue Equalizer, debido a la popularidad de su actor Denzel Whasington, la encargada de hacerlo… pero tras ver el pase del nuevo film noir de Alberto Rodríguez muchos nos echamos las manos a la cabeza. “La isla mínima” es una película que va más allá de las generosas cualificaciones que la prensa especializada ha vertido sobre el cartel promocional del filme (“magistral”, “soberbia”, “brillante”, “absorbente”); “La isla mínima” es la culminación de la evolución del cine de género en nuestro país.
Alberto Rodríguez ya había probado las mieles del éxito con la sorprendente “Grupo 7”, y digo
sorprendente porque poca gente esperaba un trabajo tan cuidado del director de
“Siete vírgenes”, porque siempre se han mirado con recelo las producciones en
las que ha participado Mario Casas y sobre todo porque Antonio de la Torre era entonces
un desconocido para el gran público. De “Grupo 7” hasta hoy otros directores
jugaron con el cine noir como la
premiada “No habrá paz para los malvados” de Urbizu, mientras otros cineastas
probaban géneros hasta ahora poco tocados en nuestra industria como Kike Maíllo
con “EVA” o Mateo Gil con el western “Blackthorn”. Todos venían precedidos por
el exitoso cine de terror catalán abanderado por directores de la talla de
Jaume Balegueró o Paco Plaza, responsables de la saga “[REC]”.
Entrevista a Raúl Arévalo por "La isla mínima"
¿Qué desafío como actor te ha
supuesto trabajar en una película de la envergadura de La isla mínima?
Lo primero de todo, el trabajar con un director como
Alberto Rodríguez, con el que llevaba mucho tiempo queriendo colaborar. Pensaba
que de tener la oportunidad de trabajar con él sería mucho más adelante porque
los personajes que él suele escribir suelen ser más mayores. Es un director con
un equipo con el que lleva trabajando toda la vida; al script, por ejemplo, lo
conoce desde los seis años, y eso se nota. A la hora de filmar, la colaboración
del equipo hace que no haya puntadas sin hilo. Trabajar con Alberto ha sido mi
gran desafío, mi gran regalo en esta película.
¿Qué fue lo que primero te
llamó la atención del guión de "La isla mínima"?
Otra de las cosas buenas que tiene Alberto
(Rodríguez) es que sus guiones tratan en profundidad los personajes; las
contradicciones de la moral del ser humano, que no todo en la vida es blanco o
negro. Mi personaje es un tío con las ideas muy claras pero conforme vaya
avanzando la película, verá que en momentos extremos no todo es tan idílico
como él creía.
viernes, 1 de agosto de 2014
Cowboys del espacio
A falta de pocos días para el estreno de
"Guardianes de la Galaxia"
(James Gunn, 2014) me viene a la cabeza un tópico, una figura mítica de
la ciencia ficción y más concretamente del subgénero de aventuras espaciales;
el del buscavidas bocazas, de gatillo rápido y emocionalmente inaccesible, pero
con la carisma necesaria como para encandilar al espectador desde la primera
mirada. Esa figura, la del antihéroe apátrida que viaja de planeta en planeta
rechazando el confort del hogar, bebe directamente de Han Solo, uno de los
primeros precursores del mercenarismo humanitario, aquel que conjuga el
egocentrismo y el gusto por el dinero fácil con la capacidad empática hacia el
prójimo. A juzgar por los espectaculares trailers de la película, parece ser que
Star-Lord y sus Guardianes de la Galaxia tendrán que dejar a un lado las
tribulaciones personales para salvar la galaxia, algo parecido a lo que Han
Solo tuvo que hacer por Luke cuando se perdiera por las gélidas tierras de Hoth
en "El imperio contraataca" (Irvin Kershner, 1980). Aunque
sospechamos que tanta filantropía realmente ocultaba su predilección por la
princesa Leia, entonces también objeto de deseo del futuro Jedi.
domingo, 27 de julio de 2014
Ráfagas de violencia
Un minero indignado con la
corrupción de los poderes fácticos. Un joven que sufre una inesperada movilidad
laboral. Una recepcionista llevada al límite por la misoginia de sus clientes.
Un inmigrante con una facilidad innata para apretar el gatillo.
El cineasta chino Jia Zangke compone en “Un toque de violencia” el nuevo
relato sobre la nueva China a través de cuatro historias, cuatro muertes que
recorrieron el país asiático de norte a sur, de Shanxi a Guangdong, durante los
últimos años. Tras los documentales
“Ciudad 24” e “Historias de Shangai”,
Zangke vuelve a la carga, a diseccionar como un cirujano la sociedad
china por medio de relatos de gente corriente que, a pesar de las apariencias,
siempre tienen un nexo en común. En “Un toque de violencia”, será su
desesperanzada realidad lo que llevará a
los cuatro protagonistas a encauzar sus vidas hacia la violencia intrínseca de
un país que, a pesar de su patente voracidad económica, es víctima constante de
los comunes picos de violencia que a diario tiñen sus calles de sangre.
Zangke logra que el espectador empatice con sus personajes, que se
conmueva con cada asesinato, con cada muerte que irremediablemente conduce
hacia la manifestación máxima de la violencia china, representada en “Un toque
de violencia” por medio del suicidio. Parece impensable lograr la simpatía del
público hacia la crítica de Zangke teniendo en cuenta el poco cuidado que pone
el realizador chino en el esquema narrativo del filme, simplificado en cuatro
historias con ninguna, o escasa, relación entre sí. La estricta linealidad
cronológica de “Un toque de violencia” resta méritos al filme, que, si bien no
termina de cuajar durante el último tramo de la historia, no deja de ser
precisamente la carencia autoconclusiva de Zangke uno de sus puntos fuertes al
convertir al espectador, y por ende a su disposición pensante, en parte activa
de la película.
Lo mejor: La voraz crítica a los
valores sociales del gigante Chino en ciernes.
Lo peor: Su escaso valor
narrativo.
Nota: 7
domingo, 15 de junio de 2014
Sueños rotos, por Jim Jarmush
Hace casi diez años, el músico Tom Waits declaraba en el New
York Times que la clave del éxito de su colega Jim Jarmusch residía en el hecho
de tener el pelo completamente cano desde los 15 años. Poseer tal anomalía en una edad tan complicada, le hizo
sentir como un inmigrante dentro del mundo
adolescente, además nunca le fue difícil empatizar con lo extranjero
teniendo en cuenta su origen europeo, ya que es de ascendencia irlandesa,
alemana y checa. Continuaba Waits diciendo que Jarmusch ha sido un inmigrante
desde entonces y que “todas sus películas
son sobre eso”. Desde sus inicios,
la inmigración y la incomprensión que rodea la figura del extranjero, del outsider, se configuraron como el leit motiv de toda su filmografía, ya
sea mediante el relato homérico de Eva en “Extraños
en el paraíso” o a través de la convergencia del relato de los outsiders que se dan cita en Memphis en
“Mistery Train”. Fue precisamente “Extraños en el paraíso”, su ópera prima, el
filme a partir del cual fraguaría su fama como exponente del cine independiente
norteamericano tras sacarla adelante en apenas 18 días y con un equipo mínimo
de ocho técnicos y tres actores. La
película, rodada en blanco y negro, sirvió de precedente para otra de las
llamadas películas de culto del director de Ohio: “Down by law”, traducida en
España como “Bajo el peso de la ley”.
martes, 22 de abril de 2014
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