lunes, 16 de septiembre de 2013

Red Dead Redemption y el western del nuevo siglo

 Según recoge el teórico Rick Altman en su ensayo "Los Géneros cinematográficos", Hollywood comenzó a mezclar masivamente los géneros en sus películas de estudio tras aplicar los seguimientos de audiencia que ya se empleaban entonces en el sector televisivo. Altman indica que el arte de mezclar géneros fue algo que llevaba haciéndose desde el Clásico, aunque este utilizaba los géneros de distinta manera que el cine de la posmodernidad. Un ejemplo claro de la amalgama de géneros del periodo clásico es el film de Stanley Donan Siete Novias para Siete Hermanos (Seven Brides for Seven Brothers, 1954) un western musical romántico. La polivalencia de muchas de las películas nacidas en la década de finales de los ochenta obedeció a la necesidad de la industria de llegar al máximo número de espectadores posible. Para Altman los estudios cinematográficos eran “como candidatos que optan a un cargo político, cuya principal preocupación es no excluir a ningún grupo de votantes”.En esa misma línea se encuentran las Four Quadrant Movie, aquellas capaces de atraer a las salas de cine a los llamados cuatro cuadrantes demográficos de la audiencia: hombres, mujeres, mayores y menores de 25 años.

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Esta tendencia al bricolaje no obedece únicamente a motivos económicos sino que también lo hace a la estética propia de la posmodernidad. Buena muestra de ello son los western que vendrán durante lo que resta de año. El género predilecto de Ford, se mezcla con cualquier otro, abandonando así el purismo del que podía disfrutarse otrora. Esto hace que me pregunte si salvo excepciones, es imposible que un western puro triunfe en las taquillas. Esto es, al menos, lo que opina una industria hollywoodiense empeñada en reciclar, a golpe de bricolaje, un género que lleva vagando desde comienzos de siglos y que como el pistolero de El Topo (1970) de Jodorowsky se resiste a morir a pesar de los incontables balazos que recibe. Títulos como High Midnight, un western vampírico, o A Million Ways to Die in the West, un western comedia, son dos films que están por llegar y que muestran lo explicado. En la última década, aquellos westerns que no tratan de dar un giro al género como medio para triunfar lo hacen imitando a los grandes clásicos del género como el True Gift (2010) de los hermanos Cohen, remake de la única película que le valió un Oscar a John Wayne, y el Open Range (2003) de Kevin Costner, cuyo protagonista parece la mismísima encarnación del Wyatt Earp del My Darling Clementine (1946) de John Ford.


 En un estudio acerca del western contemporáneo del siglo XXI, resultaría impensable obviar el videojuego Red Dead Redemption. Debido a su violencia, el juego de Rockstar recuerda a los films de Sergio Leone en general y al film de Peckimpah Grupo Salvaje (The Wild Bunch, 1969) en particular. Grupo Salvaje narra la historia de un grupo de forajidos que cambian su modo de vida mientras lidian con el cambio generacional que se está dando, una situación muy similar a la que debe hacer frente el protagonista de Red Dead Redemption, John Marston, un ex forajido que vive apartado de la vida criminal en una pequeña granja junto a su mujer e hijo. La búsqueda de la estabilidad de Marston se verá truncada cuando unos federales irrumpan en su finca. Es el pasado que retorna, que no deja hacer continuar el proceso de redención del cowboy contemporáneo. Esa irrupción en el hogar es algo que ya hemos visto en otros westerns como Unforgiven (1992). Una irrupción que hace que el héroe deba elegir entre su pathos y sus responsabilidades, aunque en el caso de Red Dead Redemption, la ley se sitúa en el extremo opuesto del que lo hacía en el film de Clint Eastwood.

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Red Dead Redemption aglutina los dos tipos de western del nuevo siglo; aquellos que emulan las formas de los clásicos del género y aquellos que usan la hipertextualidad como forma de acercamiento al público. El videojuego de Rockstar Games, además de ser un western, es un drama familiar de acción y con momentos de road movie. No debemos olvidar de donde nace esa idea de vagabundeo y de desierto sin limitaciones al más puro estilo Monte Hellman (The Shooting, 1967). En Grand Theft Auto, claro predecesor del videojuego de Marston, el jugador puede realizar una auténtica road movie, con cambios de ciudad y de paisaje que marcarán el destino del protagonista. Tampoco hay que obviar que una de las referencias fundamentales del juego de Rockstar es el escritor Cormarc McCarthy, no tanto por su western contemporáneo No es país para viejos, sino más bien por The Road, novela ambientada en un futuro posapocalíptico donde el sacrificio por la familia y el concepto de vagabundeo expuesto con anterioridad se configuran como leitmotivs de la obra. Esos dos conceptos son claves tanto en el videojuego de Rockstar como en el mediometraje encargado por la compañía al director John Hillcoat, quien casualmente también fue el encargado de la adaptación de la obra de McCarthy. Además, Hillcoat se dio a conocer por el western australiano The Proposition (2005), una historia muy parecida a la de John Marston acerca de la redención de un forajido que debe enfrentarse a los fantasmas de su pasado.

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En 2010, Rockstar sacó a la venta una nueva extensión descargable llamada Undead Nightmare, una campaña totalmente nueva en la que John Marston deberá encontrar una cura que salve a su familia contra el virus zombie que amenaza con asolar los Estados Unidos. Esta expansión supone un paso más allá del que hablaba Rick Altman en sus Géneros Cinematográficos, cuando afirmaba que la posmodernidad se caracterizaba por llevar el conflicto de géneros al primer término. Altman se refiere a westerns como los protagonizados por Bud Spencer y Terrence Hill en los que se fusionaban distintos géneros como western, acción, comedia y buddy movies o el clásico Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969), otra buddy movie que combina el western con el cine de aventuras. Lo que ha cambiado desde entonces es la combinación de géneros utilizados para indicar el lugar de la acción el cual se enmarca la película en cuestión. Cuando Altman escribió su libro en 1999, pocas eran las películas que iban más allá de fusionar estos géneros de localización con otros que habitualmente se identifican por el tipo de trama:




En los últimos diez años, han aparecido películas en la que su único atractivo reside en llevar la mezcla de géneros supuestamente son antagónicos, como el biopic con el terror, al primer término. Esa tendencia posmoderna al bricolaje se ha llevado al absurdo con el fin de garantizar una buena taquilla. ¿Si algo funciona para qué cambiarlo? El Hollywood actual no solo vive de remakes, secuelas, precuelas y reboots, sino que también lo hace de fórmulas de éxito que se repiten. El éxito de la novela Crepúsculo de Stephen Meyer, que ha sido traducida a 37 idiomas y vendido más de 25 millones de copias, precipitó su adaptación cinematográfica y por ende, la llegada masiva de films de ciencia ficción romántico para adolescentes. El público preadolescente femenino se ha configurado como un filón potencial al que poder hincarle el diente con cada nuevo remake no oficial de la saga de Meyer. Mezclar el terror adolescente con una historia de amor entre polos opuestos no es algo nuevo, véase la serie Buffy, pero sí es cierto que estamos siendo testigos de un boom de este híbrido de géneros con la llegada de películas como Memorias de un Zombie Adolescente (Warm Bodies, 2013), que además añade una buena dosis de comedia, o el film de ciencia ficción The Host (2013), adaptación de otra novela de Meyer.

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               warm bodies hipertextualidad memorias de un zombie


Parece que algo similar está ocurriendo en el western de los últimos años y que está siendo víctima de bastardas mezclas de géneros a priori antagónicos. Red Dead Redemption: Undead Nightmare no es más que un claro ejemplo de lo que está pasando con el western contemporáneo. ¿Cuál es el principal atractivo de la extensión para un jugador que ya ha jugado al videojuego original? Ni más ni menos que mezclar anacrónicamente el subgénero zombie con el western, dos géneros que nunca habían ido de la mano. Por ende, el principal, y único, atractivo del Cowboys & Aliens (2011) de John Favreu fue juntar dos mundos que en teoría ni deberían olerse el uno al otro. Al ser la intertextualidad el principal reclamo para llenar las salas de cine, esta debe ir en primer término y ser visible a primera vista, ya sea con un título contundente donde esto se vea como Cowboys & Aliens o mediante el cartel comercial de la misma, donde se ponga de relieve tal choque de géneros.

almas de metal crichtonLa mezcla entre ciencia ficción y fantasía con el western ya había sido puesta a prueba por Jodorowsky en El Topo (1973), pero el film del cineasta chileno no fue en absoluto comercial y se enmarcaba más en el surrealismo que en el género fantástico al uso, aspecto que le confirió el aura de obra de culto. Sin embargo, si ha de haber un precedente de este nuevo western deberíamos buscarlo en el western futurista que nació en los años 70 con films como Almas de Metal (Westworld1973) y que se asentó en la siguiente década gracias al éxito de Mad Max (1979). No obstante, existe una diferencia fundamental entre el western futurista y todos los demás: el género western pasa de ser un género que indica el lugar de la acción a ser un género que indica el tipo de trama y los códigos propios del género como la existencia de bandoleros, de lugares sin autoridad o de personajes sedientos de venganza.




  Por otro lado, la evolución tecnológica está contribuyendo a la combinación de cualquier género con el western, haciendo que sea más fácil para el espectador pasar de un género a otro. Durante el próximo año seremos testigos de este boom con títulos que volverán a combinar el terror con el western, como Bone Tomahawk (2014) ópera prima del director Craig Zahler acerca de cuatro hombres que luchan por sobrevivir en una tierra llena de caníbales, o High Midnight (2013) un western vampírico que narra las aventuras de un sheriff obsesionado con liquidar a los vampiros de un pequeño pueblo de Nuevo México en 1892. Django Desencadenado (2012) se encargó de abrir las puertas a otros westerns que están por llegar y que como en el film de Tarantino tratarán de mezclar con el mismo éxito el western acción con la comedia. Así ha llegado este verano el remake de Verbinski de El Llanero Solitario (2013) y llegarán  Jane Got a Gun (2014) y A million ways to die in the west (2014). No hacía falta mucho más que ligar el nombre del director de Pulp Fiction con un western para que el público comprendiera qué es lo que iba a ver: el western según Tarantino, lo que conlleva necesariamente la acción, la violencia y el humor negro de los que nunca se ha desprendido el cineasta estadounidense en ninguna de sus películas.


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BIBLIOGRAFÍA

- ALTMAN, Rick, Los Géneros Cinematográficos, Ed. Paidós, Barcelona, 2000.

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