Lobezno, el héroe de las garras de adamantium ya no quiere ser inmortal. Al fin y al cabo parece un giro argumental normal teniendo en cuenta el recorrido llevado a cabo por otros superhéroes Marvel. Es el rechazo de la monstruosidad, de ser único y diferente a los demás. Los poderes de Logan le hacen ser un marginado al que le es vetado constantemente los placeres de los que gozan los demás seres mundanos. Lo hemos visto constantemente en las historietas de los 4 Fantásticos en los que la Cosa anhelaba por todos los medios volver a ser Ben Grimm. Los repetitivos fracasos de su amigo Reed Richards le llevaron a pactar con el Doctor Muerte, su acérrimo enemigo. Hulk también ha pasado por la búsqueda del yo en más de una ocasión. Su caso es más especial teniendo en cuenta su dualidad esquizoide semejante a la del Doctor Jeckill y Mister Hyde. Sea como sea, siempre tuvieron que dejar de ser Ben Grimm y Bruce Banner para salvar a sus amigos o directamente para salvar a la humanidad. Recuerdo en uno de los primeros números de los 4 Fantásticos a un Benjamin Grimm engañado por el Doctor Muerte y transformado en humano con el único fin de debilitar a los 4 Fantásticos. El regreso de la Cosa fue del todo necesario para salvarles la vida y derrotar a Muerte. También recuerdo la penosa adaptación al cine de esta aventura, aunque al menos la idea original se respetó.
Esa renuncia de Lobezno a su inmortalidad tiene que ver más con esto último que con la huida de la monstruosidad de la que hemos hablado más arriba. Es el rechazo de las responsabilidades e implica abdicar como superhéroe. En Superman II de Richard Lester, el hombre de acero decide renunciar a sus poderes sobrenaturales para vivir una vida mortal junto a Lois Lane. Algo similar le sucede a Parker cuando en Spider-Man 2 renuncia a sus responsabilidades para disfrutar por fin la vida que se merece; destacar en la universidad y rehacer su maltrecha relación con Mary Jane. Ambos comprenderán la fatalidad de su decisión cuando descubran que la seguridad de la comunidad se encuentra en peligro. Sus sentimientos y ambiciones deben estar siempre supeditadas a sus responsabilidades y renunciar a sus anhelos en pro del bien de la comunidad. En la escena de la cafetería de Spiderman 2, cuando el Doctor Octopus arroja un coche por la ventana donde se encuentran Peter y Mary Jane, se colapsan por primera vez los dos mundos de la dualidad del trepamuros. Es aquí cuando comprende que nunca podrá ser como los demás. No obstante, gracias al clásico happy end hollywoodiense, Parker podrá al fin aunar exitosamente deseo y responsabilidad al finalizar la trilogía de Sam Raimi.
Es el viaje del héroe y la búsqueda de uno mismo. La pérdida de poderes que sufre el arácnido es debida a la culpa por el asesinato de su querido tío Ben y por la falta de conocimiento sobre uno mismo, lo que le llevará a renunciar a sus responsabilidades y colgar el hábito. La posterior búsqueda de sí mismo, devolverá la confianza al héroe y le permitirá proseguir con su camino, salvando la ciudad y, de nuevo, rescatando a su amada. Todavía es pronto para saberlo, pero parece que Lobezno Inmortal tratará sobre el descubrimiento del héroe, del rechazo de su destino y finalmente la aceptación de este. No os preocupéis, Lobezno acabará por recuperar sus poderes como ya lo hicieron antes otros. Al fin y al cabo un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
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