miércoles, 29 de agosto de 2012

Diamantes Negros: La trata de menores en el fútbol europeo.


Hace unos días leí, casi de casualidad, en la web del diario Marca una noticia curiosa, apenas clandestina, escondida entre los nuevos fichajes de la mal llamada Liga de las Estrellas, pasando desapercibida. Lo cierto es que no se trata de la típica noticia a la que dan tanto bombo los periodistas deportivos españoles, ni si quiera de  una noticia estrictamente deportiva. Sin embargo, constituye una de las bases del nuevo fútbol europeo, ya totalmente capitalista y desprovisto de toda humanidad. ¿Pero no era esto un blog de cine? Les cuento. 

 El director Miguel Alcantud se encuentra rodando su tercer film "Diamantes Negros" con el que se propone denunciar el tráfico de niños africanos y latinoamericanos en el mundo del fútbol y que forman parte de  una nueva forma de esclavitud. A pesar de la prohibición de no poder fichar menores no europeos por parte de la FIFA, los clubes más importantes del continente, incluidos los españoles, son protagonistas de esta trata de menores.  Una restricción que recuerda a la polémica Ley Bosman de 1995. El film es el resultado de la investigación que ha llevado al director murciano a los barrios bajos parisinos y noruegos, en los que muchos niños se encuentran viviendo en las calles, abandonados por no ser aquel diamante en bruto que se esperaba. Según Alcantud, 20.000 menores africanos se encuentran abandonados, en algunos casos por fracasar en su camino al éxito, en otros por sufrir alguna lesión o enfermedad que hizo peligrar la inversión realizada. 


  En Noruega se encontró con un muchacho nigeriano viviendo en la calle, esperando cumplir 18 años y así fichar por el club que le aseguró un brillante futuro como futbolista; su nombre es John Obi Mikel. Allí lo retenía el Chelsea F.C. junto a dos niños nigerianos que garantizaban la inversión del club inglés.  De ninguna manera se trata de rostros anónimos, ni de futbolistas poco conocidos, Messi o Etoó fueron fichados cuando eran menores de edad; el primero con 12 años y el segundo con 11 se encontraba viviendo en las calles de París a la espera de poder cumplir su sueño. 



Un sueño que es ofrecido sin piedad a los padres de los menores, los cuales son engañados y manipulados, seducidos con palabras vacías sobre un porvenir y un futuro mejor para sus hijos  que ellos no pueden ofrecerles.  Son llevados a Europa tras una importante inversión por parte de sus progenitores, cayendo fácilmente en la ruina. Mediante falsas becas, contratos de trabajo y falsificación de pasaportes son transportados a algún barrio bajo europeo donde permanecerán escondidos hasta que cumplan la esperada mayoría de edad, o fracasarán y caerán en la más absoluta pobreza. Son muy halagüeños los casos de Obi Mikel y Samuel Eto´o,  otrora niños callejeros que pudieron sobreponerse a las adversidades y triunfar en la vida. Mientras que Eto´o es actualmente uno de los futbolistas mejor pagados, más de 20 millones de euros, Obi Mikel pudo finalmente fichar por el Chelsea tras un verdadero culebrón, con un supuesto secuestro de por medio por parte del Chelsea cuando iba a firmar con el Manchester United. 

  Desde luego, no todo es de color de rosas, la cara más amarga de esta trata de menores la representa el caso de Dungai Fusini, un marfileño de tan solo 14 años que dormía en el sótano de un restaurante. No asistía al colegio y  sin embargo su horario de entrenamiento podía calificarse de esclavista. Finalmente huyó, para ser encontrado al cabo de un mes debajo de un puente y para dar nombre al tráfico ilegal de niños en Italia. Un tráfico muy real y que se encuentra mucho más cerca de lo que se cree, un tráfico de menores demasiado rentable para la sociedad en la que vivimos.




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