jueves, 30 de agosto de 2012

Black Mirror: El nuevo poder de las redes sociales

Una simple mecha encendida por un fanático es suficiente para prender una llama que alcanzará a todos los estratos de la sociedad británica, una auténtica bomba de relojería mediática que explotará por la actuación de los usuarios de las redes sociales y por los amansados telespectadores. Esta es la premisa presentada por Charlie Brooker, el creador de Dead Set (2008) nos muestra un espejo donde poder mirarnos y analizarnos, cualquiera puede sentirse identificado, insultado y conmovido con su Black Mirror

black mirror la bandera nacional charlie brooker dead set
  La serie consta de tres obras totalmente auto-independientes entre sí. Puesto que el tercero aun no he podido verlo y el segundo no me acabó de convencer al copiar muchos elementos de In Time (2011), pero sobre todo de El Show de Truman (1998), hablaré del controvertido primer capítulo, aquel que se centra en el poder de las redes sociales y en la morbosidad de la televisión actual. 

  




  Black Mirror: El Himno Nacional comienza con un perturbador vídeo donde la princesa británica afirma encontrarse en cautiverio y bajo amenaza de muerte si el primer ministro británico(Rory Kinnear) no accede a mantener relaciones sexuales en directo con un cerdo. Bajo este perturbador y original supuesto, Brooker nos sumerge en las entrañas de la sociedad, una sociedad que actúa como si de una veleta se tratase al verse condicionada por los acontecimientos que tendrán lugar ese mismo día. 

Se trata de una obra totalmente recomendable para preguntarse acerca del poder de las nuevas redes sociales, un poder que durante el 2010 se consagró como instrumento de movilización y difusión de ideas, alcanzando su cenit durante la reciente Primavera Árabe. El poder de la red es inmenso e ineludible, los usuarios se han convertido en los "periodistas" del momento, del instante. Una nueva forma de periodismo, pero también de globalización, con sus cosas buenas, y no tan buenas, y desde luego no exenta de polémica: WikiLeaks, Ley SOPA, etc. Brooker lanza al aire con su Himno Nacional una interesante cuestión: ¿Qué pasaría si ese poder pudiese controlarse y utilizarse para otros fines no tan loables?  

  

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