La dictadura del proletariado en Gotham City (Contiene Spoilers de la saga de Nolan)

  Hace aproximadamente un mes, cuando salí de ver The Dark Knight Rises (2012), tras 164 minutos de tensión e impactantes imágenes de acción, no tenía muy claro cómo catalogar el film de Nolan. Desde luego me había gustado, incluso entusiasmado, pero tenía la sensación de que la película contenía una connotación política un tanto radical, aunque todavía no sabía muy bien porqué. La idea fue germinando hasta que encontré por la red "La dictadura del proletariado en Gotham City" de Slavov Žižek, entonces todo comenzó a cuadrar. Según las propias palabras de Christopher Nolan:

"No siento que exista una visión de izquierda o derecha en la película. Lo que hay es simplemente una evaluación honesta o una exploración honesta del mundo en que vivimos las cosas que nos preocupan". 

Veamos si es cierto. 

  La segunda parte de la trilogía del hombre murciélago acababa con una escena al más puro estilo John Ford. Cómo si de un remake de El hombre que mató a Liberty Vallance (1962) se tratara, Batman cierra un acuerdo con el comisario Gordon por el cual se hace totalmente responsable de la muerte de Havey Dent y de los crímenes perpetrados por él,  para así  inculcar un poquito de esperanza en los habitantes de Gotham City.  Cómo en el film de Ford, optan por la leyenda antes que por la verdad, el bien común antes que el individual, se trata de "imprimir la leyenda". Fruto de ese pacto se articuló la Ley Dent, una ley que eliminaba ciertos derechos de los reos  a fin de salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Una mentira que es revelada por Bane minutos antes de abrir la puerta de la prisión y desatar el caos; deslegitimizando la figura del Caballero Blanco. Para Žižek, esta imagen junto a la del asalto a la bolsa de la ciudad, suponen una crítica mordaz hacia el movimiento Occupy Wall Street, así como una ridiculización de los objetivos del movimiento, el cual nunca fue violento y nunca pretendió serlo. Sí lo fueron las represiones policiales contra los manifestantes. Menuda vuelta de tortilla.

  Así mismo, los hermanos Nolan exponen su particular visión de una ciudad-estado gobernada por la plebe al ridiculizar  una supuesta toma de poder por parte de la población civil; juicios populares que acaban siempre en "exilio", violencia e  inseguridad en las calles y un estadio de miedo generalizado por toda la ciudad gótica. Nolan expone, al fin y al cabo, un terror asesino que huele a anticomunismo. Se trata de un planteamiento todavía más provocador si lo comparamos con la situación global actual. Llama especialmente la atención la escena final en la que delincuentes y policías, que son expuestos cómo verdaderos héroes de la patria, se enfrentan cuerpo a cuerpo en las calles de la ciudad,  incluso aparece Matthew Modine con su uniforme militar y sus medallas correspondientes. La ciudad estaba sumergida en el desorden desde que todos los policías de la ciudad fueran encerrados en las cloacas, siendo estos los únicos que podían restablecer el sistema.  No es casualidad que tras las últimas manifestaciones y represiones  policiales, el cuerpo policial sea planteado por Nolan como una fina e invisible línea entre la justicia y la injusticia, entre el orden y el caos. Que se lo digan a los del 25-S.

  Resulta curioso cómo el Joker fue tratado con cierta clemencia y Bane haya sido mostrado como un auténtico caudillo. Para explicarlo, Žižek lo compara con una especie de Che Guevara, un líder de masas temido por la élite estadounidense, un líder capaz de movilizar a un número significativo de personas. La atracción del personaje interpretado por Tom Hardy emana del amor y la devoción incondicional que siente por Talía, el verdadero cerebro de la trama. Su colega Karthick lo explica a la perfección: 

 «El Joker, llamando a la anarquía en su forma más pura, críticamente subraya las hipocresías de la civilización burguesa, tal como existe, pero sus opiniones son incapaces de traducirse a la acción de las masas. Por otro lado, Bane, plantea una amenaza existencial para el sistema opresivo.  Su fuerza no es sólo su físico sino también su capacidad para comandar a la gente y movilizarlos para alcanzar un objetivo político. Él representa a la vanguardia, el representante organizado de los oprimidos que promueve la lucha política en nombre de ellos para generar cambios sociales. Es la fuerza, con el mayor potencial subversivo, que el sistema no puede acomodar. Tiene que ser eliminado»

  Para Žižek, una de las pistas que el director nos da acerca del fundamento ideológico de su película es proporcionada por el comisario Gordon durante el funeral del multimillonario Bruce Wayne. Gordon lee un fragmento de Historia de dos ciudades de Charles Dickens: "Esto que hago ahora, es mejor, mucho mejor que cuanto hice; y el descanso que voy a lograr es mucho más agradable que cuanto conocí anteriormente". Para Žižek se trata de una especie de comparativa entre Cristo y Batman, un sacrificio sagrado. Pero además, se trata de una  paradoja, una descripción que, al igual que en la novela de Dickens, diferencia entre el buen capitalista, en este caso Wayne, y el mal capitalista, que vendrían a ser los empresarios que financian  el maquiavélico plan de Bane. Para Nolan, Bruce Wayne es, a pesar de las apariencias que debe guardar para mantener oculta su identidad, un empresario ideal y filántropo  que dona parte de su dinero para mejorar la vida de los ciudadanos de Gotham, construye orfanatos y en su tiempo libre combate el crimen. No obstante, no debemos olvidar que al igual que el marveliano Tony Stark, debe su fortuna y su fuerza cómo superhéroe al tráfico de armas. Por mucho que se arrepienta más tarde y trate de enmendar sus errores, ese dinero continuará manchado de sangre. No posee poder alguno salvo una riqueza inmensa. Sin ella no hay batmovil, no hay batcueva, no hay héroe. Al final del film, Wayne vuelve a renunciar a la fama y al honor, al igual que lo hizo en El caballero oscuro; Batman es un héroe mientras que Bruce Wayne se ha convertido en un "cadaver" anónimo. No pasa nada, Robin es presentado  como el continuador del murciélago, el nuevo defensor del sistema. Respiremos tranquilos.