Rápidos y furiosos

Mucho tienen que cambiar las cosas para que una saga tan rentable como Fast and Furious se dé por finiquitada en un futuro próximo, más aun cuando Justin Lin ha encontrado el punto a las correrías de Toretto y compañía. Bravuconerías aparte, Fast and Furious 6 es el entretenimiento palomitero por excelencia: acción, disparos, explosiones y coches, muchos coches. 

  Lo cierto es que nadie se creía que Toretto (Vin Diesel) y Pringaillo (Paul Walker) fueran a retirarse tras su último golpe en Río. Los cien millones de botín les habían  procurado  una vida tranquila en un paraíso fiscal y sin posibilidad de ser extraditados. ¿Cómo hacerlos volver entonces a las andadas? Bueno, en realidad poco le importaba a los productores y los fans tampoco iban a ser muy exigentes con tal de  ver a Vin Diesel de nuevo en acción. Letty (Michelle Rodriguez), a la que todos daban por muerta desde hacía un par de entregas, vuelve como un fantasma para reunir otra vez al grupo; amnésica y en el bando de los malos. Poco importa, la familia es lo primero y como diría Toretto: “Nunca se le da la espalda a la familia”. 

  Esta vez trabajarán a las órdenes del Sargento Hobbs (Dwayne Johnson, "The Rock") y es aquí donde está el mayor acierto de la película. Porque si vamos a tragarnos dos horas de acción y explosiones sin pretextos a lo Michael Bay, en qué mejor compañía vamos a estar que con el tándem Vin Diesel y The Rock ¿Paul Walker? Ya tuvo la segunda entrega para él solito y no le fue muy allá. Justin Lin lo relega al ostracismo con pocas escenas de importancia y borrando su presencia por completo  durante el desenlace de la película. Otra acierto es reducir el papel de Elsa Pataki al del mero cameo, demos gracias. 

  Por lo demás sigue siendo menos irrisoria que las cuatro primeras entregas, muy entretenida y con algunos deus ex machina característicos de este tipo de películas. Luke Evans está muy creible en su papel de malo y The Rock va ganando confianza hacia una posible adaptación del superhéroe Luke Cage.  

Lo mejor: Ver pelear a Vin Diesel y a The Rock mano a mano. 

Lo peor: Que Toretto saltando desde un coche en marcha siga provocando carcajadas.