viernes, 17 de mayo de 2013

El Gatsby de Baz Luhrmann


Con el reciente estreno de El Gran Gatsby, Baz Luhrmann vuelve a dar la razón a aquellos que le tachaban de haber alcanzado con Moulin Rouge el cenit de la posmodernidad. En Gatsby, sigue siendo fiel a su estilo fusionando las últimas tendencias del hip hop y del house con la sociedad elitista newyorkina de los años 20. Puristas absténgase. Los demás, agarren su cubata y disfruten del espectáculo. Eso sí, no esperen ver una fiel adaptación de la novela de Fitzgerald porque está claro que este es el Gatsby de Luhrmann, de nadie más. 


  Como en la novela homónima, la película toma el punto de vista de Nick Carraway (Tobey Maguire), un joven recién llegado a Nueva York que sueña con escribir la gran novela americana y que, entre tanto, vende bonos para subsistir. Sus primeros días pasan tranquilos viviendo apartado de la ciudad en una pequeña casa e intrigado por la misteriosa figura de su vecino Jay Gatsby (Leonardo DiCaprio).  Poco a poco irá sintiendo una fuerte fascinación, no sólo por Gatsby, sino por la tumultuosa ciudad, lugar turbio y pecaminoso en el que convergen, a lo largo de toda la película, los pensamientos y las acciones más oscuras de los protagonistas; adulterio, ira y finalmente muerte. El don de Luhrmann pasa por mostrar lo rural como un espacio diáfano e inmutable ante la opacidad de la ciudad, un espacio colorido e idílico frente a la suciedad y el monocronismo urbano. Esta fascinación que siente Carraway hacia la ciudad se transformará en repulsión conforme vaya conociendo sus interrogantes. 


 Está claro que las extravagancias de Luhrmann pisotean ciertos aspectos del espíritu de Fitzgerald, pero el espectáculo de luces y sonido no dura eternamente y acaba desquebrajándose a medida que lo hacen los protagonistas. Las fiestas alocadas y por ende, la farándula, cesan de inmediato tras la primera toma de contacto entre Gatsby y Tom Buchanan (Joel Edgerton), los dos hombres que se disputan el amor de Daisy (Carey Mulligan).

  Por lo demás, se acerca mucho más al espíritu de la  novela de lo que lo hizo la anterior adaptación protagonizada por Robert Reford y Mia Farrow. Por más que lo guionizara Coppola, lucía artificioso y acartonado, todo lo contrario que el film de Luhrmann. 


  Lo mejor: El inevitable choque final entre la vida urbana y la rural, lo turbio y lo idílico.

  Lo peor: Las luces de discoteca, la música de Jay Z (productor de la película) y todo aquello que recuerda a Moulin Rouge, aunque esto último encandile a muchos.



2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. El título da en el clavo, es el Gatsby de Luhrmann, igual que a Nacho Vidal se le podría haber dado por rodar su Xtreme-XXL-Gatsby (apuesto a que lo hubiera hecho mejor).

    http://lashuellasdelabestia.blogspot.com.es/2013/05/el-gran-gatsby-vuelve-hacerse-pequeno.html

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